El Dharma, el estado natural de armonía y equilibrio con todo lo que existe, no lo inventó el budismo. Es la verdadera condición natural de las cosas. Cuando encuentras esta naturaleza ya no te hacen falta el budismo ni ninguna otra filosofía o práctica... Por tanto, las enseñanzas son sólo para captar esta verdad y recuperar tu naturalidad. Todo está en esta tierra, en esta vida.

Las verdaderas enseñanzas, prácticas y vigilancia del budismo no son simplemente otro apartado de la vida. Son un cambio en la trayectoria y la forma de andar.

¿Cuál es el primer paso? Ver que existe una naturaleza pura y fantástica más profunda, escondida bajo la máscara externa e interna de tu identidad. Una vez que ves que de verdad hay una presencia mucho más profunda, tienes que recordar constantemente que ésa es tu verdadera mente y que en este momento todo lo que tienes en tu conciencia es producto de una mente manchada.

domingo, 22 de mayo de 2011

¿Qué es la Vipassana Jivitindriya?


La palabra Jivitindriya significa “fuerza de la vida” y, en este contexto, la palabra Vipassana se puede definir como “absorción”. La frase entera se puede traducir  por tanto como la “absorción de la fuerza de la vida”, que es precisamente el objetivo de la Vipassana Jivitindriya.

Pero la tarea exige una revelación completa de la vacuidad de todos los contenidos de la mente, ya sean fenómenos físicos u objetos conceptuales abstractos, y eso exige una introspección que no es nada fácil.

La identidad aparente de cada persona debe reducirse a cenizas y las actitudes, intenciones y preparación para la acción deben liberarse con su alegría, compasión y afecto benevolente correspondientes, lo que tiene poco que ver con la búsqueda habitual de alegría, compasión y amor mundanos y condicionados por la religión, la educación y el sistema social.

Primero, debemos empezar por entender el sufrimiento y la identidad, y es precisamente en eso en lo que haremos hincapié al inicio.

Para empezar, tenemos que tener claro que aquí hablamos del Buda-Dharma y no del budismo popular. Este último es sólo una sombra moderna del Buda-Dharma que esconde la riqueza del Dharma original tras grandes estructuras de dogma y ceremonia en templos que no honran todo lo que es natural en esta vida.

En primer lugar, declaramos que el Buda-Dharma no es una religión. No lo es, porque una religión es un conjunto de creencias, mitos o dogmas acerca de una divinidad y de prácticas rituales para darle culto, y está claro que el Buda-Dharma se opone totalmente al creacionismo y al eternalismo.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una psicología, porque no es una ciencia que estudie la conducta de los seres vivos. A veces lo parece, pero en realidad el objetivo de la psicología es trabajar para la reinserción en sociedad de cualquier persona que parezca no tener una conducta considerada “normal” desde el punto de vista sociológico.

Por el contrario, el Buda-Dharma tiene como objetivo mostrar que la sociedad tal como existe no es un medio válido para el ser humano y le aconseja a cada persona que encuentre su propia naturaleza, que vea la codicia, confusión y hostilidad que son el motor de esta sociedad y que renuncie a ese comportamiento.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una filosofía, porque no es una ciencia que trate de la esencia, propiedades, causas y efectos de las cosas naturales. A veces también parece que es así, pero la ciencia de la filosofía tiene una base de palabras y sistemas. El Buda-Dharma está mucho más allá de las palabras y frases y de la búsqueda de definiciones.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una manera de vivir ni un conjunto de fórmulas para la existencia social. Tampoco es una revelación dogmática de mandamientos.

Entonces, ¿qué es?

Es una manera de encontrar la propia naturaleza del ser humano.

La pregunta es… Una vez que encuentras esta naturaleza, ¿qué puedes hacer con ella? Parece que lo útil y lógico sería aplicarlo a la vida en esta sociedad, pero no es así.

Sin embargo, es cierto que el Buda-Dharma ha desarrollado, como soluciones populares, la reducción del sufrimiento individual. Pero este budismo popular, aunque más apropiado que una religión, no es más que un parche aplicado al sufrimiento individual y no conduce a nadie a la liberación.

También hay una versión del budismo esotérico (no hablamos del Vajrayana en sí) que es popular y atractivo para los de mente que busca soluciones fuera de la mente. Pero ése no es el Buda-Dharma de Vipassana.

El Buda-Dharma es trascendental y no tiene como objetivo la solución de los problemas del mundo causados por los regimientos de Mara (la identidad), ni que las personas puedan adaptar el Dharma a esta vida como una nueva forma de psicología.

Su objetivo es la liberación de la fuerza pura del ser humano.

Es fácil caer en la trampa del apego a este mundo y en la complacencia. Es fácil caer en la trampa del dogma, el ritual y la ceremonia. Es fácil creer que estás ayudando a la humanidad cuando sólo aplicas los mismos parches que las religiones, la sociología y la psicología. Es fácil también caer en la trampa de lo esotérico y de la superstición, volando a otros mundos flotando en la conciencia cósmica. Eso tampoco vale.

Examinaremos éste y otros asuntos en profundidad, pero es necesario que sepáis que hasta que una persona entienda de verdad, en plan trascendental, cómo puede uno andar en este mundo del Samsara… no hay verdaderas soluciones.

Pero no os dejéis atrapar con este concepto trascendental. Esa palabra sólo se refiere a la característica de poner énfasis en aspectos de la intuición y la imaginación más allá de lo empírico y material. Con el tiempo veréis que es sólo un proceso natural humano sin misterio.

Las ideas populares sobre el budismo se pueden encontrar en miles de libros disponibles. Cuidado. Es atractivo y el súper-ego de unos y las emociones de otros inmediatamente se apegan a él… y la mente lista cree que ha encontrado la verdad. Las frases son bonitas, pero hay más detrás de estas palabras. Los sutras también son seductores, pero también presentan la misma trampa que los libros para mentes no preparadas.

Las discusiones entre personas sobre el budismo usando palabras aparentemente profundas no valen tampoco, porque los ciegos no pueden ayudar a los ciegos.

No os equivoquéis pensando que entendéis el sufrimiento sólo porque habéis sufrido en la vida. Trabajad con estas lecciones con una diligencia especial. Está claro que todos los que quieran avanzar en Vipassana necesitan entender a fondo el sufrimiento.

Será muy difícil que lo entendáis todo, así que enviad vuestras preguntas cada vez que no lo tengáis todo claro. Si no haces el curso con determinación, paciencia y sinceridad, el único que se engañe serás tú.
Puede ser una gran lástima perder esta oportunidad.

La palabra Jivitindriya significa “fuerza de la vida” y, en este contexto, la palabra Vipassana se puede definir como “absorción”. La frase entera se puede traducir  por tanto como la “absorción de la fuerza de la vida”, que es precisamente el objetivo de la Vipassana Jivitindriya.

Pero la tarea exige una revelación completa de la vacuidad de todos los contenidos de la mente, ya sean fenómenos físicos u objetos conceptuales abstractos, y eso exige una introspección que no es nada fácil.

La identidad aparente de cada persona debe reducirse a cenizas y las actitudes, intenciones y preparación para la acción deben liberarse con su alegría, compasión y afecto benevolente correspondientes, lo que tiene poco que ver con la búsqueda habitual de alegría, compasión y amor mundanos y condicionados por la religión, la educación y el sistema social.

Primero, debemos empezar por entender el sufrimiento y la identidad, y es precisamente en eso en lo que haremos hincapié al inicio.

Para empezar, tenemos que tener claro que aquí hablamos del Buda-Dharma y no del budismo popular. Este último es sólo una sombra moderna del Buda-Dharma que esconde la riqueza del Dharma original tras grandes estructuras de dogma y ceremonia en templos que no honran todo lo que es natural en esta vida.

En primer lugar, declaramos que el Buda-Dharma no es una religión. No lo es, porque una religión es un conjunto de creencias, mitos o dogmas acerca de una divinidad y de prácticas rituales para darle culto, y está claro que el Buda-Dharma se opone totalmente al creacionismo y al eternalismo.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una psicología, porque no es una ciencia que estudie la conducta de los seres vivos. A veces lo parece, pero en realidad el objetivo de la psicología es trabajar para la reinserción en sociedad de cualquier persona que parezca no tener una conducta considerada “normal” desde el punto de vista sociológico.

Por el contrario, el Buda-Dharma tiene como objetivo mostrar que la sociedad tal como existe no es un medio válido para el ser humano y le aconseja a cada persona que encuentre su propia naturaleza, que vea la codicia, confusión y hostilidad que son el motor de esta sociedad y que renuncie a ese comportamiento.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una filosofía, porque no es una ciencia que trate de la esencia, propiedades, causas y efectos de las cosas naturales. A veces también parece que es así, pero la ciencia de la filosofía tiene una base de palabras y sistemas. El Buda-Dharma está mucho más allá de las palabras y frases y de la búsqueda de definiciones.

También declaramos que el Buda-Dharma no es una manera de vivir ni un conjunto de fórmulas para la existencia social. Tampoco es una revelación dogmática de mandamientos.

Entonces, ¿qué es?

Es una manera de encontrar la propia naturaleza del ser humano.

La pregunta es… Una vez que encuentras esta naturaleza, ¿qué puedes hacer con ella? Parece que lo útil y lógico sería aplicarlo a la vida en esta sociedad, pero no es así.

Sin embargo, es cierto que el Buda-Dharma ha desarrollado, como soluciones populares, la reducción del sufrimiento individual. Pero este budismo popular, aunque más apropiado que una religión, no es más que un parche aplicado al sufrimiento individual y no conduce a nadie a la liberación.

También hay una versión del budismo esotérico (no hablamos del Vajrayana en sí) que es popular y atractivo para los de mente que busca soluciones fuera de la mente. Pero ése no es el Buda-Dharma de Vipassana.

El Buda-Dharma es trascendental y no tiene como objetivo la solución de los problemas del mundo causados por los regimientos de Mara (la identidad), ni que las personas puedan adaptar el Dharma a esta vida como una nueva forma de psicología.

Su objetivo es la liberación de la fuerza pura del ser humano.

Es fácil caer en la trampa del apego a este mundo y en la complacencia. Es fácil caer en la trampa del dogma, el ritual y la ceremonia. Es fácil creer que estás ayudando a la humanidad cuando sólo aplicas los mismos parches que las religiones, la sociología y la psicología. Es fácil también caer en la trampa de lo esotérico y de la superstición, volando a otros mundos flotando en la conciencia cósmica. Eso tampoco vale.

Examinaremos éste y otros asuntos en profundidad, pero es necesario que sepáis que hasta que una persona entienda de verdad, en plan trascendental, cómo puede uno andar en este mundo del Samsara… no hay verdaderas soluciones.

Pero no os dejéis atrapar con este concepto trascendental. Esa palabra sólo se refiere a la característica de poner énfasis en aspectos de la intuición y la imaginación más allá de lo empírico y material. Con el tiempo veréis que es sólo un proceso natural humano sin misterio.

Las ideas populares sobre el budismo se pueden encontrar en miles de libros disponibles. Cuidado. Es atractivo y el súper-ego de unos y las emociones de otros inmediatamente se apegan a él… y la mente lista cree que ha encontrado la verdad. Las frases son bonitas, pero hay más detrás de estas palabras. Los sutras también son seductores, pero también presentan la misma trampa que los libros para mentes no preparadas.

Las discusiones entre personas sobre el budismo usando palabras aparentemente profundas no valen tampoco, porque los ciegos no pueden ayudar a los ciegos.
Evitad las opiniones, la política y la religión. Es verdad que la religión es el opio del pueblo, pero la política es el veneno del pueblo, y las opiniones (y, claro, las expectativas) son la muerte misma del pueblo.

La verdad trascendental es el antídoto de las tres… y más.

Entendemos que es difícil apartarse de las cosas de la vida y no compartir los gustos e ideas de los demás. No es fácil andar solo al ritmo de tu propio tambor, que toca la música del Dharma de Buda. Pero si andas bien, puedes encontrar que hay otros que también caminan con la misma música.

Hay un cierto miedo de que con lo trascendental vas a perder algo... la felicidad... una manera de disfrutar.

Todos disfrutan con la música... pero hay distintas clases de música... y hay una manera de escuchar sin identidad que encuentra lo sublime de la música, no la alegría de la identidad. Puedes disfrutar de manera diferente con la danza, la pintura y todas las cosas realmente naturales y bellas de la mente pura.

Si dejas atrás tus relaciones mundanas y tu apego a tu pareja y niños, ¿qué ganas? Las verdaderas relaciones humanas... Y el sexo, ese monstruo, desaparece y en su lugar crece el verdadero concepto de la unidad entre las personas que entran en una relación íntima.

Sí, con lo trascendental pierdes mucho, pero ganas mucho más. Y sí, ganas algo con el budismo popular, pero pierdes mucho más y siempre será necesario mantener la vigilancia ante la presencia de Mara y sus identidades.

Sólo con lo trascendental eres libre... completamente libre... tan libre que puedes quemar los Budas de madera... y tus libros, junto con tu mente manchada... y descubrir cómo ser un verdadero ser humano en armonía con todo lo que existe.

La vida y la muerte desaparecen... el sufrimiento y la felicidad mundana también... Pero sólo si entiendes profundamente.

Así pues, adelante con calma, paciencia, determinación, perseverancia y la introspección y absorción de la Vipassana Jivitindriya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario